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Venga va, actitud positiva.


Ilustración hecha por @AlaBatcueva

Muchas veces, aunque no lo parezca, la bendición espera al final de la caída. Gracias a esa tribulación podemos adquirir una perspectiva diferente al éxito, que es lo que nos conduce a ello. Durante este periodo de prueba, nuestra mente necesita tiempo para reflexionar que es lo mejor para nuestras vida y la de nuestros amados. Necesitamos experimentar esos ejemplos reales para poder procesar, aprender, discernir, cambiar y por consiguiente actuar. No es posible levantarse sin caer. La vida no sería real sin caídas que nos conducen a levantarnos con impulso.

Si durante la espera, el dolor o el sacrificio, somos capaces de mantenernos brillando, con la sonrisa más noble, la calidez de la amabilidad, la calidad de la atención a otros seres vivos, con la inteligencia adquirida, con la fuerza admirable de una actitud positiva, si aún durante todo esto, nos mantenemos así, seremos, no solo más fuertes de lo que éramos, sino más capaces, seremos y haremos mejor. Todo es parte del hermoso y en gran parte doloroso pero necesario proceso de vivir. Porque somos increíblemente capaces, increíblemente poderosos.

Y para poder vivir la mejor versión de la tribulación, debemos alimentar a la mejor versión de nuestra mente y de nuestras acciones, en si, convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos, a través de una actitud abierta al conocimiento, a la comunicación, a las soluciones, a la empatía, a el respeto de las diferencias e inquietudes de tu entorno y a una actitud y estilo de vida positivo, lo cual es también salud.

Lo que pasa, pasa para no pasar de largo en tu vida, sino que ocurre para enseñarse a prever, a valorar, a entender, a cuidar. Y las cosas que te suceden, no siempre ocurren por que te hayas equivocado, o te las merezcas, no, sino que a veces pasan cosas que nos disgustan, sin necesidad de merecerlas o sin razón de ser culpables, solo porque somos importantes y es un reto de la vida o un “reto” que Dios permite para ayudarnos a mejorar algo de nuestro ser, actuar y nuestro pensar, y con la misma prepararnos para poder ayudar a los demás. Para hacernos útiles y luces en un mundo vulnerable a la oscuridad.


Siempre es necesario vivir situaciones que aunque parezcan “retroceso” son más bien “batería” porque de esta manera podemos, no solo vencer nuestros miedos, sino probar que de verdad si somos emocionalmente fuertes, y superar lo que no nos creíamos capaces de superar, y así ser mejores.

Que es la vida en este mundo sino una “escuela del carácter y un debate entre el descubrimiento y reconocimiento de la verdad” un espera consiente y voluntaria, un lugar y una oportunidad de probarnos que podemos elegir mejor, y ser mejor, sin dejar que la idea nos frustre o nos haga pensar que merecemos más que los demás como motivo para humillar o pisar a otros. No. Tan solo es reconocer con humildad y sin necesidad de presumirlo, que hemos crecido, porque hemos caído y hemos aprendido, y tenemos una perspectiva más clara, más amplia, más bella.


Por eso, ¡Gracias a Dios! Por permitir este tipo de situaciones en nuestras vidas, por que es otra forma de saber que le importamos y que quiere hacernos “La mejor versión de nosotros”. Así que... “Venga va, actitud positiva” 😉 Cuando piensas, hablas y actúas de manera positiva, asertiva, alegre, en armonía con las personas, no hay forma de que no disfrutes la vida o los días, y aunque pueden ser mejores, tu buena actitud hace que no sean peores. 😃 Esto está super mega comprobado

¡Gracias por leer, que tengas un feliz día, una feliz vida!

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